En el centro histórico de Madrid nos sorprende este apartamento situado en un edificio muy representativo de preciosa fachada.
En la segunda planta y con estupendas vistas gracias a los cuatro balcones de la propiedad, llama la atención la tranquilidad y el silencio que se respira dentro de la vivienda, que contrasta con la vida y alegría de la vecindad.
Un luminoso living nos recibe en un espacio de planta abierta donde conviven salón, comedor y cocina en total armonía. A la derecha se sitúa la moderna cocina, de un cálido y elegante color toffee.
El comedor conecta mediante una mesa redonda acompañada de un banco, la cocina y el salón, otro ambiente acogedor y luminoso, en el que destacan los balcones que conservan el precioso suelo de mosaico hidráulico y las sólidas barandillas de forja, originales del señorial y centenario edificio.
Un cuidado y refinado proyecto de interiorismo combinado con una sutil paleta cromática, en la que los tonos tierra tienen gran presencia, dota al conjunto de un halo de serenidad, confort y diseño, donde el más exigente de los clientes encontrará un verdadero hogar.